-- Negarse a cimarronear con bombas y cañones en Montevideo empleando un zum ya no será motivo para quedar como un tarúpido tras la edición del primer
Diccionario del Español del Uruguay, que recoge unas 10,000 palabras ajenas al uso común del idioma empleadas en el pequeño país sudamericano.
Con esta obra, editada por la Academia Nacional de Letras del Uruguay y que se acaba de presentar, los más de 400 millones de hispanohablantes del planeta no tendrán por qué negarse a aceptar un convite tan inocente como tomar mate amargo (cimarronear) con bollos rellenos (bombas) de crema (cañones) y usar un peculiar aparato eléctrico diseñado en el país para calentar el agua (zum), ni que pasar por un tarado ni por un estúpido.
Este
Diccionario del Español del Uruguay (DEU) es fruto del trabajo de largos años realizado por la Academia, miembro de la Asociación de Academias de la Lengua Española, y obedece al deseo de contar con una herramienta que “identifique los usos y expresiones” de los hablantes del español en la región, según explicó a Efe la académica uruguaya Gladys Valetta.
Así, en sus entradas aparecen recogidos tanto los usos diferentes que se dan en Uruguay a palabras reconocidas por todos los hispanohablantes como vocablos y expresiones comunes en la región pero extraños para los que no viven en el entorno del Río de la Plata.
“El español se ha extendido tanto y es tan amplio que se diversifica, y es eso justamente lo que queremos mostrar, la forma de expresarse en español que distingue esta zona de los demás hablantes de la lengua”, subrayó Valetta.
La académica indicó en este sentido que el vocabulario uruguayo comparte muchas peculiaridades con el de sus países vecinos, como Argentina, Paraguay o Chile, aunque “más que nada refleja lo que hemos sido históricamente” e identifica claramente “nuestras formas de pensar, comer, vestir, hasta cómo entender los deportes y los gustos”.
De hecho, entre todas las palabras que aparecen en el diccionario destacan especialmente las que se refieren al fútbol, una de las mayores pasiones del país y que marca el día a día de la vida de sus ciudadanos.
“Somos un país futbolero, y estamos llenos de referencias a clubes, colores, banderas y apodos, términos que se también se expanden y hacen referencia a otras ocasiones de la vida cotidiana”, indicó Valetta.
De este modo aparecen acepciones universalmente reconocidas en Uruguay como “carbonero” y “bolsilludo” -seguidores de los equipos de Peñarol y Nacional, respectivamente- o “maracanazo”, definida como un triunfo importante e inesperado, tal y como el que logró la “celeste” -el equipo nacional uruguayo- en el estadio Maracaná de Río de Janeiro para ganar la Copa Mundial de fútbol de 1950.
Al igual que el fútbol, la ganadería, como la mayor industria del país, es también una fuente inagotable de palabras para el léxico uruguayo, que van desde los nombres de las distintas especies animales, (“shorthorn”, “landrace”), a sus características (“chúcaro”,“guampudo”), pasando por las labores de campo y sus herramientas (“barriguera”, “imbornal”, “orejero”).