Lincoln Maiztegui Casas TOMO 2
"Con estas veinte biografías queda cumplida la totalidad del proyecto de esta obra, que no ha sido otro que el de ofrecer una visión general sobre algunos de los principales caudillos de la historia del Uruguay. Valen, para este tomo, los mismos argumentos y salvedades que se manejaron en el que lo precediera: qué se entiende aquí por "caudillo"; las distancias (a veces abismales) existentes entre los señores ecuestres de la guerra y los intelectuales o líderes del medio urbano; las similitudes que existen entre unos y otros (la principal de las cuales es la primacía del elemento carismático sobre el institucional), y lo ampliamente discutible que resultan la inclusión o exclusión de algunos de ellos.
Queda sometida a la atención de quien se aproxime al trabajo una información nutrida sobre la peripecia de algunos de los personajes que han protagonizado el devenir de la historia nacional: Artigas, Oribe, Bernardo Berro, Lorenzo Latorre, Julio Herrera y Obes, Aparicio Saravia, Luis Alberto de Herrera, Luis Batlle Berres o Wilson Ferreira Aldunate son figuras cuya importancia exime de mayores comentarios; otros personajes como Carlos Federico Lecor, José Rondeau, Gabriel Terra o Benito Nardone abren un ancha veta para la polémica de altura. Se han recogido asimismo breves biografías de caudillos como Fausto Aguilar, Francisco Caraballo o Máximo Pérez, cuyo peso histórico es sensiblemente mayor que la memoria que se guarda de todos ellos. Es la esperanza del autor que la presente obra compense, por su interés informativo, los aspectos discutibles que pueda tener esta selección".
Lincoln R. Maiztegui Casas
En el capítulo sobre Benito Nardone dice Maiztegui:
Sonaban los acordes del PERICON Nacional, de Gerardo Grasso. Y sobre los mismos, un locutor anunciaba:
“Con ustedes, Chico Tazo”.
De inmediato irrumpía una voz levemente metálica:
“Nuestro saludo de todos los días a los productores rurales del país, a los productores rurales de los países vecinos...”.
Con este mensaje, repetido diariamente por las ondas de Radio Rural a las 11.30 de la mañana, un hombre solo cambió la historia de este país. Y no hay hipérbole alguna en este juicio. De su mano y de su palabra, la composición de los organismos gremiales del medio rural se transformo drásticamente; los viejos partidos tradicionales se vieron horadados desde afuera por primera vez y la relación entre amos se alteró tanto como para habilitar la victoria del Partido Nacional en 1958, después de 93 años de gobiernos colorados. Benito Nardone, apodado Chico Tazo, esgrimiendo como arma casi exclusiva una radio, terminó por influir en la vida del país como pocos ciudadanos lo han hecho a lo largo de la historia.
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El magnetismo de su extraña personalidad está ampliamente testimoniado por su éxito; pero permanece en su esencia, oculto como uno de esos misterios que la historia nunca podrá explicar. Sigue....
El espacio dedicado a José Artigas resume los 87 años del hombre -y particularmente la década entre 1810 y 1820- y maneja su historia como si Artigas fuera un personaje wagneriano, con la escalada de su estrella hasta la cumbre de 1815, donde dominó el Artigas liberal y libertario, para luego predominar el Artigas dictador, acosado por la traición de los aliados, la invasión portuguesa y la incomprensión general.
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