La historia del Uruguay es la historia de la supervivencia. Los números son fríos y elocuentes pues la muerte no conoce las matemáticas. De 1832 a 1910 estallaron en Uruguay 71 levantamientos, motines, golpes y asonadas... De los primeros 27 presidentes de este país: dos fueron asesinados, uno fue herido de entidad, doce debieron lidiar con una o más revoluciones en su contra, nueve fueron lisa y llanamente desalojados del poder y tan sólo tres, concluyeron sus mandatos en tiempos de paz.
Desde nuestros primordios nacionales, el Uruguay navegó en luchas entre caudillos y doctores, tormentas partidarias contaminadas en general, por carísimas intervenciones extranjeras. Mientras iban vadeando los años, como un preso que marca en su calendario, los uruguayos iban estampando cada levantamiento, revolución, rebelión o tiroteo, en lo más íntimo de nuestra fibra nacional.
La historia del Uruguay del siglo XIX, tal vez no sea la historia de los partidos, sino por el contrario, la historia de cómo el Uruguay sobrevivió a esos partidos, a las mecánicas que llevaron a esta población a luchar hasta el hartazgo. Nacen pues, en aquellos tiempos bárbaros, las víctimas y victimarios de la historia. Pero la historia de este país, es una historia donde las víctimas y los perpetradores se confunden constantemente en un enorme charco de sangre, las víctimas de hoy, perpetradores de ayer.
Este libro es un paseo por aquella barbarie, por aquellos tiempos de hecatombes y matanzas, de venganzas y fusilamientos, de desollamientos y degollamientos;…por aquellas crónicas rojas de otros tiempos. Pues así se forjó el Uruguay, entre sangre y barro.
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