AUTOR: FRANCISCO PIRIA.
EDICIÓN: AGOSTO 2008.
COMENTARIO:
“… en pos de la negra noche del error, viene la gran caída, y de ahí fue que sacó fuerzas la humanidad para rasgar el velo del futuro y encaminarse resueltamente al cumplimiento de sus grandes destinos.
El siglo XIX fue un siglo de mentira, mientras que el siglo XXI es el siglo de la verdad.”
De esta manera le es revelada al protagonista nuestra historia, la verdad acerca de los tiempos que él vivió en su remoto pasado. No por conocida, la verdad fue menos dolorosa.
Tenía ahora por delante, una nueva era de aprendizaje.
Una nueva oportunidad se abría ante sus ojos, para contrastarla con sus más íntimos anhelos, aquellos que sólo en sueños se había permitido esbozar.
«No basta con ver, hay que ser vidente». Descendiente de genoveses radicados en el Río de la Plata desde 1810, Piria funda su primera empresa, denominada «La Industrial», dedicada a la subasta de terrenos, en 1873. En esa época Uruguay recibía miles de inmigrantes europeos –especialmente italianos y españoles – y Piria les dio la oportunidad de adquirir un terreno propio, el cual vendía en pequeñas cuotas de hasta 100 mensualidades. Piria compraba chacras en los alrededores de la ciudad, las subdividía en solares, creaba calles, plazas, etc. y así se formaba un nuevo barrio. De este modo nacieron decenas de barrios creados por él y por ello fue llamado «el segundo fundador de Montevideo», asegurándose que vendió algo así como el 50% del actual Gran Montevideo. Con ello hizo una gran fortuna y realizó más de veinte viajes a Europa, visitando todas las grandes ciudades y las recientes construcciones de los nuevos Balnearios y Urbanizaciones para el Ocio. Al regreso de uno de estos viajes, tuvo la oportunidad de conocer la Costa agreste, salvaje y solitaria de Maldonado, en lo que en aquella época se llamaba el Puerto del Inglés (hoy puerto de Piriápolis), y allí tuvo una visión de futuro: aplicar el modelo de los Balnearios europeos al Mar del Plata, creando el «Gran Balneario del Porvenir»: Punta del Este. Y la Ciudad de Piria que perpetuaría su nombre. Construyó al mismo tiempo una importante infraestructura hotelera, portuaria, minera y agroindustrial, actividad que promocionó mediante paquetes turísticos en Buenos Aires y Rosario coordinando los Vapores de Mihanovich y el Transporte Terrestre. Es en 1898 cuando publica «El Socialismo Triunfante», donde expone los resultados de un proceso de revolución política y económica originado a partir de la eliminación de las aduanas, del proteccionismo y la introducción del libre cambio universal. Como consecuencia de ello, la humanidad ha vencido todas las enfermedades aumentando extraordinariamente la expectativa de vida y se ha llegado a un estado en el que reina la más amplia aceptación de las diversas religiones y creencias. Es ahora cuando el Vidente Piria menciona varios elementos que en su época no existían y que hoy son comunes: la música funcional, el aire acondicionado, el hovercraft y hasta el fax, que confirman su capacidad de ver más allá. La anticipación y la utopía no acaban aquí: autos y vehículos que funcionan por aire comprimido, instrumentos inalámbricos de comunicación a escala global y nuevas fuentes de energía, haciendo énfasis en la energía solar. También en su utopía socialista se han visto realizados sus sueños urbanísticos como los de unir el Campo con la Ciudad, realizando una unidad regional integrada en un mundo sin fronteras, dentro de una llamada «Confederación Universal» donde no hay proteccionismo, ni ejércitos ni policía, donde los niños son educados por el Estado a partir de los cinco años de edad, la jornada de trabajo demanda solamente dos horas diarias, la herencia es limitada al mínimo y la tenencia de la tierra no puede superar las diez hectáreas. Se trata de un proceso de adelantos políticos, sociales y tecnológicos que configuran el socialismo «razonado». Hoy se puede afirmar que Piria pertenece a la generación del «impulso» uruguayo, cuya característica principal consistía en vivir en una actualizada conexión con las novedades sociales, culturales y económicas de la actualidad mundial y europea en especial. Su obra nos presenta un posible «Uruguay 2098» cuya condición de proyecto irrealizable no radica en su carácter utópico, sino en la incapacidad para realizarlo de quienes, favoreciendo otras utopías negativas –la utopía del capitalismo real – arrojan reiteradamente a los ciudadanos al eterno retorno de lo mismo: la irracionalidad capitalista planificada y ejecutada por individuos que buscan para sí lo que ellos consideran la buena vida, es decir las propias utopías de clase.
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1 comentario:
Admirable e irrepetible ser humano, tan esclarecido, utópico y al mismo tiempo tan buen nadador en el mercado de lo comercial. Rara mezcla de realizador y soñador; y por si fueran pocas éstas grandes cualidades, dueño de una energía inagotable para emprender enormes empresas.
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